LOS HUESOS DEL MAPUCHE

Hace años, en Sant Martí de Tous, vivía Carlos, un indigente que pasaba el día sentado en un banco y que, de noche, caminaba en medio de la carretera. Cuando ibas en coche, tenías que tener cuidado porqué te lo podías cruzar.

Siempre pensé que un día alguien lo mataría, y nadie lo echaría de menos. Carlos, pero, murió enfermo, en un hospital, acompañado por algunas personas del pueblo. Pero la semilla de otro final ya había germinado dentro de mi mente perversa. Por eso, escribí Els ossos de l’irlandès: para hablar de esas personas que nunca echamos de menos.

Para hacerlo, di voz a tres amigos que han vivido escondiendo todo lo que les molestaba. Todos hemos pensado que podemos hacer desaparecer lo que no queremos ver. Pero a lo mejor un día, llegará una tormenta y se llevará la tierra que lo cubre todo. Entonces, ¿Qué haremos? ¿Saldremos a delante?

Els ossos de l’irlandès nos pone frente a un espejo que nos hace reír, pero que también nos muestra verdades incómodas aceptadas colectivamente para poder dormir tranquilos. Aunque los truenos resuenen muy fuerte a lo lejos, para hacernos memoria.